miércoles, 26 de octubre de 2016

La Reforma

El gran movimiento que despertó la atención del mundo a principios del siglo XVI fue la reforma protestante. Aunque hubo movimientos precursores que proponían volver a la fe neotestamentaria, las acciones de Martín Lutero tuvieron un impacto más global debido en parte al invento de la imprenta que permitía que los escritos se puedan publicar en masa y alcanzar rápidamente a mayor número de lectores. El movimiento se esparció por todo el norte de Europa, y trajo como consecuencia que miles de católicos entre sacerdotes y feligreses se separen de la iglesia católica romana, para formar las primeras iglesias evangélicas, reconocidas públicamente como tales, en Europa y el mundo, las cuales ya no se sometían a la autoridad del Papa, ni creían en los dogmas y tradiciones católicas, sino que querían seguir sólo a Cristo y obedecer Su santa palabra.



El Papa, León X, en virtud del hecho de que necesitaba grandes sumas de dinero para la culminación del templo de San Pedro en el Vaticano, Roma, permitió a un agente llamado Juan Tetzel, que fuese por Alemania vendiendo certificados, firmados por el Papa, con virtud de conceder el perdón de todo pecado, no sólo de los poseedores del certificado, sino también de los amigos vivos o muertos en cuyo favor fuesen comprados, sin confesión, arrepentimiento ni restitución.
Tetzel decía a la gente: “Tan pronto como su moneda suene en el cofre, el alma de sus amigos ascenderá del purgatorio al cielo”. Ante esta situación Martín Lutero empezó a predicar en contra de Juan Tetzel y su venta de indulgencias, denunciando abiertamente su enseñanza.
En la mañana del 31 de octubre de 1517, Martín Lutero clavó en la puerta de la iglesia del castillo en Wittenberg (Alemania) un pergamino que contenía las noventa y cinco tesis o declaraciones, casi todas relacionadas con la venta de indulgencias, pero en su aplicación atacaba la autoridad del Papa y del sacerdocio. Los gobernantes de la iglesia católica romana en vano procuraban restringir y convencer a Martín Lutero; él permaneció firme y la tempestad sólo le hizo más resuelto en su oposición a las doctrinas y prácticas no apoyadas por la Biblia, que enseñaba el catolicismo romano.

LOS 5 POSTULADOS DE LA REFORMA:

Las 5 “SOLAS” representan, de forma condensada, 5 fundamentos de las creencias de la Reforma Protestante:

a) Sola Scriptura (Solo la Escritura. 2 Timoteo 3:16-17; 2 Pedro 1:19-21) Declara que las Sagradas Escrituras (La Biblia) es la primera y única autoridad para la fe y la práctica de la vida. Implica que la Biblia es la revelación directa de Dios. O sea que, si lo dice la Biblia, lo dice Dios. 
  1. Suficiencia: La Biblia es suficiente no necesita complemento.  
  2. Autoridad: Solo la Biblia es infalible y no alguna otra autoridad eclesiástica. 
  3. Claridad: En la Biblia las cosas principales son bien claras y las cosas claras son lo más importante. 
  4. Interpretación: La Escritura interpreta a la Escritura. La Biblia es el mejor intérprete: significa que cuando hay dudas en la interpretación de un texto que no está claro se debe recurrir a otros textos de la Biblia que son claros para poder interpretar los menos claros.


b) Sola Fide (Solo por fe. Romanos 5:1-2). Declara que la salvación del ser humano se alcanza por Fe en Jesucristo. Esto era para evitar poner la confianza en ritos obligatorios, en veneración de santos y reliquias, en el pago de tributos a la iglesia, en alguna autoridad eclesiástica,  o en la institución de la Iglesia Católica Romana como único medio de salvación.

c) Sola Gratia (Solo por gracia. Efesios 2:8-9). Declara que la salvación del ser humano es una regalo de Dios y no algo que pueda ganarse con obras o dinero.

d) Solus Christus (Solo por Cristo. 1 Timoteo 2:5; Juan 14:6). Declarar que Cristo es el único camino de salvación. Solo Cristo salva. Él es el único mediador entre Dios y los hombres.

e) Soli Deo Gloria (Solo a Dios sea la Gloria. Lucas 4:8, Deuteronomio 5:8-9, 6:13-14). Declara que nuestra adoración debe ser solo a Dios y evitarse la veneración de personas aparte de Dios como pueden ser los santos canonizados, la virgen María, papas y el clero.