lunes, 5 de diciembre de 2016

El regalo del amor

Y pido que, arraigados y cimentados en amor, puedan comprender, junto con todos los santos, cuán ancho y largo, alto y profundo es el amor de Cristo; en fin, que conozcan ese amor que sobrepasa nuestro conocimiento, para que sean llenos de la plenitud de Dios”. (Ef. 3:17-19).

En una investigación de la revista “Brides” en el 2014 sobre las bodas en EEUU, encontraron que el 19 % de todos los compromisos ocurrieron en diciembre, convirtiéndolo así en el mes más popular para comprometerse. Y, ¿saben cuál es el día en el que con más frecuencia se realiza la “petición de mano”? Las estadísticas muestran que ese día es el día de Nochebuena. Hay más personas que se comprometen en Nochebuena que en el “día de los enamorados”. Los datos publicados por Facebook el año pasado indicaron que Nochebuena es el día que escoge la mayoría de las personas para comprometerse, el 2do es Navidad, 3ero Año Nuevo y, por último, el día de los enamorados.
Y desde luego, no es nada incorrecto celebrar el amor en este tiempo. Pero, centrar demasiada atención en los abrazos y encuentros románticos puede impedirnos ver con claridad cuál es la verdadera historia de amor de la Navidad.
Los desafío pues, a no perder de vista la historia auténtica del amor la historia de amor que ha sido escrita para todos nosotros, la historia del amor verdadero, fiel, imperecedero y sacrificial. El amor de Dios al enviar a Jesús es el único amor que cambia todas las cosas

Desde el instante mismo de la creación, el amor de Dios se hizo ver en el mundo. El amor de Dios estuvo con Adán y Eva en el huerto del Edén antes que el pecado entrara en el mundo y aún después. Dios demostró su amor salvando a Noé y a su familia del diluvio y otorgándoles un nuevo comienzo. En el Antiguo Testamento, Dios, en su amor, dio los mandamientos y la ley como una vía para que su pueblo expiara sus pecados y permaneciera conectado con él. Y su amor trastornó el mundo cuando envió a su Hijo para que viviera entre nosotrosel Dios del universo que nació en un establo, murió en la cruz y resucitó de los muertos. Solo el amor pudo trastocar y derribar el poder de la muerte y del mal.  “El amor más grande que uno puede tener es dar su vida por sus amigos.” (Jn.15:13 DHH)

Sin embargo, la historia de la Navidad no es un mero sentimiento. Es la historia del amor de Dios en acción, el Dios del universo te ama tanto que lo abandonó todo para estar contigo, para sacrificar su vida a fin de que tú pudieras estar con él. Este amor es el segundo regalo de Navidad que desenvolveremos en este tiempo de Adviento.

(“En tiempos antiguos Dios habló a nuestros antepasados muchas veces y de muchas maneras por medio de los profetas. 2 Ahora, en estos tiempos últimos, nos ha hablado por su Hijo, mediante el cual creó los mundos y al cual ha hecho heredero de todas las cosas.” Heb.1:1-2DHH)



  1. Aceptar su amor.
Pues Dios amó tanto al mundo, que dio a su Hijo único, para que todo aquel que cree en él no muera, sino que tenga vida eterna. (Jn.3:16DHH)
Dios mismo te ofrece su amor. ¿Lo aceptas?  ¿O lo rechazas? Uno acepta el regalo a través de creer y recibir a Jesús. Solo hay dos respuestas posibles: aceptar o rechazar, SI o NO.  “Espera” o “más adelante” u “otro día” es lo mismo que decir “NO” a Dios. La invitación de Dios está abierta hoy. Mañana no lo sabes. Puede que ya no vivas mañana o puede que ya no tengas la oportunidad de decirle que si al regalo de Dios. Hoy es tu oportunidad !!! 
  1. Experimentar su amor.
Al ver las noticias de Ohio o los comentarios de la campaña política, tal vez te hace preguntar si existe todavía el amor. Es fácil permitir que la preocupación por el día de mañana, o la semana o el año que viene, nos abrume y nos impidan sentirnos amados.
Todas esas cosas importan, Dios no te pide que las ignores para poder experimentar su amor. No estás obligado a eliminar o deshacerte de la prisa ni de las preocupaciones. Dios te invita a llevárselas, a entregarle las heridas y las preocupaciones más profundas de tu vida y permitirle que te llene y te renueve con su amor. Y la buena noticia es que el amor que él te da por medio de su Hijo Jesucristo es suficiente. El apóstol Pablo describió ese amor que nosotros podemos experimentar con estas palabras: “Pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni lo presente ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la creación, podrá apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor” (Ro. 8:38-39). 
Después de aceptarlo, debes experimentarlo. Para experimentar el amor de Dios debes aprender a RECIBIR AMOR y DAR AMOR. Las heridas y experiencias negativas del pasado pueden haberte motivado a dejar de confiar en los demás, no creer en el amor, o dejar de abrir tu corazón a los demás, te has encerrado para protegerte… pero eso te ha dejado vacío de amor también. Cuando uno abre su corazón al amor, también existe la posibilidad de que te hieran. Pero, eso no debe desanimarte. Aún así, vale la pena amar y ser amado.
Ágape (una de las palabras para amor en griego): Es el amor verdadero, fiel, imperecedero y sacrificial, el que viene de Dios y que Dios nos da a nosotros para amar a todos nuestros prójimos. El amor de Dios que entre los hombres crea una nueva realidad, es también el fundamento del amor interhumano. Es el amor que nos permite valorar a nuestro prójimo, darle prioridad a otro en vez de a nosotros mismos. Y Jesús va tan lejos como para decir que debemos amar aún a nuestros enemigos.
Este amor de Dios completa lo que le falta al amor Eros para hacer que nuestro matrimonio funcione. Es este amor de Dios que hace que el amor filial dure y se haga posible (Simón, el cananista y Mateo publicano). Este es el tipo de amor que tenemos que practicar en todas nuestras relaciones. Es este amor que nos hace menos egoístas y más generosos.
¡Que esta sea una temporada en la que aceptemos plenamente el amor de Dios y lo experimentemos en formas nuevas y profundas a medida que le abrimos nuestros corazones, nuestras manos, nuestras mentes y nuestras vidas!


3. Compartir su amor.
Durante siglos se han escrito poesías, novelas, obras teatrales y canciones acerca del amor. Cuando nos sentimos enamorados, se nota. No podemos disimularlo porque el amor se desborda.
El regalo del amor de Dios es igual, es para compartirlo. Y, de hecho, cuando compartimos este regalo en vez de quedarnos con menos, produce más. Después que aceptamos y experimentamos el amor de Dios, el próximo paso lógico es compartirlo, dejarlo que brote de nosotros e inunde a todos los que están a nuestro alrededor.  

Juan explicó este proceso en 1 Juan 4:9-11DHH: “Dios mostró su amor hacia nosotros al enviar a su Hijo único al mundo para que tengamos vida por él. El amor consiste en esto: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros y envió a su Hijo, para que, ofreciéndose en sacrificio, nuestros pecados quedaran perdonados. Queridos hermanos, si Dios nos ha amado así, nosotros también debemos amarnos unos a otros.”.

El amor de Dios viene a nosotros y fluye a través de nosotros. Cuanto más lo aceptemos y lo experimentemos, más querremos compartirlo con los demás. El amor cuanto más lo damos, más tenemos…

En los tiempos cuando Brooklyn era un lugar donde la gente tenía miedo de caminar por la calle.
Nicky Cruz, que era el temido líder de los Mau Mau de Brooklyn. Dice del predicador David Wilkerson:
"Él sabía que una bala podía atravesarlo, que podía morir, pero se quedó firme, porque era obediente a Jesús.  Jesús le envió allí para llevar el mensaje a las pandillas.... Yo casi lo mato, porque realmente estaba totalmente lleno de odio. Fue entonces cuando me dijo que Jesús me amaba. Cruz recuerda: “Le escupí al pastor en la cara, y lo golpeé diciéndole: no creo en lo que usted dice, ¡salga fuera de aquí!”. Pero el pastor David le dijo enseguida: “Me puedes cortar en mil pedazos y arrojarlos a la calle, y cada pedazo te seguirá amando”. Esas palabras cambiaron la vida de Nicky Cruz para el resto de su vida hasta que llegó postrado a los pies de nuestro Señor Jesucristo. (de "La Cruz y el Puñal" de David Wilkerson).
¿Cómo compartirías el amor de Dios en esta temporada?:

·         Dedicar cierto tiempo para disfrutar de tu familia,
·         Ponerte en contacto nuevamente con un amigo que se ha alejado.
·         Podría significar servir al prójimo o a algún desconocido,
·         Buscar a alguien que sospechas que se siente solo o lastimado.
·         Perdonar  a alguien que te ha herido o
·         Pedirle disculpas a alguien a quien tú has ofendido.

Piensa ahora mismo en alguna vía por la que puedas compartir el amor de Dios durante esta semana, y entonces, mantén tu corazón y tus ojos abiertos al mundo que te rodea mientras se acerca la Navidad.

Mantengamos centrada nuestra atención en hacer de este Adviento un tiempo de amor que haga un mayor impacto que los adornos y las canciones navideñas. Deleitémonos en el amor de Dios y dejemos que brote de nosotros para que otros puedan conocerlo. ¡Que este sea un tiempo para aceptar, experimentar y compartir el regalo del amor de Dios de un modo nuevo y más intenso!

sábado, 26 de noviembre de 2016

El regalo de la Esperanza


Linus le EXPLICA LA NAVIDAD a Charlie Brown (en español)




¿No te sientes a veces como Charlie Brown? Su mejor amigo Lino va directamente al grano. Hay veces que nos perdemos discutiendo cuántos adornos o qué adornos son mejores que otros, y cual refleja mejor el espíritu de la Navidad, otros se ponen a discutir cuál es la mejor fecha para festejar o si tenemos que festejar o no. Nos perdemos en esas cosas en vez de enfocarnos en Jesús y en la esperanza que Él nos trajo. 

En una época del año que a menudo se caracteriza por un furioso ajetreo, el Adviento nos da la oportunidad de reservar algún tiempo para preparar nuestros corazones y centrar la atención en una historia que es mucho más grande que la nuestra, la historia del amor redentor de Dios por nuestro mundo. No es un tiempo para andar con simulaciones ni fingimientos, es un tiempo para profundizar en la realidad de lo que significa que Dios haya enviado a su Hijo al mundo. Es un tiempo de esperanza y de preparación, una ocasión que se nos ofrece para ponernos en sintonía con la presencia de Dios y no solo con la agitación febril que supone la compra de regalos. Por tanto, más allá de donde estés en tu crecimiento espiritual, te invito a que participes de este tiempo, un tiempo en el que se permiten toda clase de preguntas, de dudas y de luchas mientras tomamos el tiempo de preparar nuestros corazones para la venida de Cristo. 

¿Cuál ha sido tu tiempo de espera más prolongado? ¿Existe algo que hayas estado esperando durante toda tu vida? El pueblo de Israel sabía muy bien qué significaba esperar. Mientras aguardaban con vehemencia la venida de un Mesías que habría de libertarlos, toda su historia estuvo caracterizada por la espera. El Antiguo Testamento está lleno de profecías acerca de este Mesías. Isaías 7:14 es un ejemplo: “Por eso, el Señor mismo les dará una señal: La joven concebirá y dará a luz un hijo, y lo llamará Emanuel”.

Y otra profecía conocida de las promesas de Isaías dice así: “Porque nos ha nacido un niño, se nos ha concedido un hijo; la soberanía reposará sobre sus hombros, y se le darán estos nombres: Consejero admirable, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz” (Isaías 9:6).
Estas y otras profecías manifiestan una clara expectativa por el Mesías prometido de Dios 700 años antes de su llegada. La promesa, sin embargo, no siempre hacía fácil la espera. Y a medida que nos preparamos para la venida de Jesús en esta Navidad, participamos de esa espera del pueblo de Israel. Al igual que los israelitas, la mayoría de nosotros tenemos situaciones y circunstancias en nuestras vidas que hacen que nos resulte difícil esperar en Dios. Y al igual que ellos, aún aguardamos la consumación total de la salvación de Dios para el mundo. Sí, muchas profecías se cumplieron en la venida de Jesús, pero otras deberán cumplirse cuando regrese.

En el primer capítulo de Lucas se predice también el nacimiento de Jesús. Pero, a diferencia de las profecías del Antiguo Testamento, esta predicción tiene un carácter más personal e inminente. El ángel Gabriel se le aparece a María y le habla acerca de la venida de Jesús.

Lee Lucas 1:26-38 En medio de las cuestiones que nos plantea la vida, ¿No te dan ganas de que Gabriel se te aparezca y te anuncie lo que va a suceder? ¿No te gustaría saber lo que va a suceder? Pero, para María tampoco fue fácil... María recibió un mensaje directo del ángel Gabriel, pero aún (quizás especialmente) entonces necesitó fe para poner su confianza y su esperanza en Dios. Afortunadamente, María respondió en fe y se aferró a la esperanza de la promesa de Emanuel, Dios con nosotros.

Mientras permaneces sentado aquí ahora, es posible que la esperanza presente a la que te aferras no parezca estar cambiando nada. Tu corazón y tu mente tal vez están llenos de las preocupaciones, los estreses y las dificultades que enfrentas. Las señales de cambio en tus circunstancias actuales son casi nulas. Tu fe se basa en el conocimiento de que Dios fue fiel y que dio evidencias de esto en el pasado. Pero, tal vez, en la circunstancia en que estás metido todavía no ves la luz… Sin embargo, eso no significa que no esté produciéndose ningún cambio; no significa que Dios no esté obrando por detrás, dentro de otras personas o situaciones; no significa que no esté obrando en nuestros corazones para enseñarnos y moldearnos. 

Independientemente de la apariencia externa de los resultados que percibimos en un momento determinado, podemos hallar esperanza en las palabras de Hebreos 6:19: “Tenemos como firme y segura ancla del alma esta esperanza”.  La esperanza nos hace atravesar el tiempo de espera desde la siembra hasta la cosecha aunque no vemos los frutos todavía. Sin la esperanza abandonaríamos antes de recibir el resultado de nuestra fe.

Oración: Dios, gracias porque en este tiempo de Adviento nos permites desenvolver el regalo de la esperanza. Ayúdanos a recordar la esperanza pasada, a aferrarnos con firmeza a nuestras realidades presentes y a aguardar anhelantes la esperanza que tendrá su cumplimiento cuando Cristo regrese.

Bendición: “Que el Dios de la esperanza los llene de toda alegría y paz a ustedes que creen en él, para que rebosen de esperanza por el poder del Espíritu Santo” (Romanos 15:13).

miércoles, 26 de octubre de 2016

La Reforma

El gran movimiento que despertó la atención del mundo a principios del siglo XVI fue la reforma protestante. Aunque hubo movimientos precursores que proponían volver a la fe neotestamentaria, las acciones de Martín Lutero tuvieron un impacto más global debido en parte al invento de la imprenta que permitía que los escritos se puedan publicar en masa y alcanzar rápidamente a mayor número de lectores. El movimiento se esparció por todo el norte de Europa, y trajo como consecuencia que miles de católicos entre sacerdotes y feligreses se separen de la iglesia católica romana, para formar las primeras iglesias evangélicas, reconocidas públicamente como tales, en Europa y el mundo, las cuales ya no se sometían a la autoridad del Papa, ni creían en los dogmas y tradiciones católicas, sino que querían seguir sólo a Cristo y obedecer Su santa palabra.



El Papa, León X, en virtud del hecho de que necesitaba grandes sumas de dinero para la culminación del templo de San Pedro en el Vaticano, Roma, permitió a un agente llamado Juan Tetzel, que fuese por Alemania vendiendo certificados, firmados por el Papa, con virtud de conceder el perdón de todo pecado, no sólo de los poseedores del certificado, sino también de los amigos vivos o muertos en cuyo favor fuesen comprados, sin confesión, arrepentimiento ni restitución.
Tetzel decía a la gente: “Tan pronto como su moneda suene en el cofre, el alma de sus amigos ascenderá del purgatorio al cielo”. Ante esta situación Martín Lutero empezó a predicar en contra de Juan Tetzel y su venta de indulgencias, denunciando abiertamente su enseñanza.
En la mañana del 31 de octubre de 1517, Martín Lutero clavó en la puerta de la iglesia del castillo en Wittenberg (Alemania) un pergamino que contenía las noventa y cinco tesis o declaraciones, casi todas relacionadas con la venta de indulgencias, pero en su aplicación atacaba la autoridad del Papa y del sacerdocio. Los gobernantes de la iglesia católica romana en vano procuraban restringir y convencer a Martín Lutero; él permaneció firme y la tempestad sólo le hizo más resuelto en su oposición a las doctrinas y prácticas no apoyadas por la Biblia, que enseñaba el catolicismo romano.

LOS 5 POSTULADOS DE LA REFORMA:

Las 5 “SOLAS” representan, de forma condensada, 5 fundamentos de las creencias de la Reforma Protestante:

a) Sola Scriptura (Solo la Escritura. 2 Timoteo 3:16-17; 2 Pedro 1:19-21) Declara que las Sagradas Escrituras (La Biblia) es la primera y única autoridad para la fe y la práctica de la vida. Implica que la Biblia es la revelación directa de Dios. O sea que, si lo dice la Biblia, lo dice Dios. 
  1. Suficiencia: La Biblia es suficiente no necesita complemento.  
  2. Autoridad: Solo la Biblia es infalible y no alguna otra autoridad eclesiástica. 
  3. Claridad: En la Biblia las cosas principales son bien claras y las cosas claras son lo más importante. 
  4. Interpretación: La Escritura interpreta a la Escritura. La Biblia es el mejor intérprete: significa que cuando hay dudas en la interpretación de un texto que no está claro se debe recurrir a otros textos de la Biblia que son claros para poder interpretar los menos claros.


b) Sola Fide (Solo por fe. Romanos 5:1-2). Declara que la salvación del ser humano se alcanza por Fe en Jesucristo. Esto era para evitar poner la confianza en ritos obligatorios, en veneración de santos y reliquias, en el pago de tributos a la iglesia, en alguna autoridad eclesiástica,  o en la institución de la Iglesia Católica Romana como único medio de salvación.

c) Sola Gratia (Solo por gracia. Efesios 2:8-9). Declara que la salvación del ser humano es una regalo de Dios y no algo que pueda ganarse con obras o dinero.

d) Solus Christus (Solo por Cristo. 1 Timoteo 2:5; Juan 14:6). Declarar que Cristo es el único camino de salvación. Solo Cristo salva. Él es el único mediador entre Dios y los hombres.

e) Soli Deo Gloria (Solo a Dios sea la Gloria. Lucas 4:8, Deuteronomio 5:8-9, 6:13-14). Declara que nuestra adoración debe ser solo a Dios y evitarse la veneración de personas aparte de Dios como pueden ser los santos canonizados, la virgen María, papas y el clero.

domingo, 7 de agosto de 2016

No hay otro…

Serie: Gálatas, Libertad en Cristo
Pastor Daniel Martin, mensaje predicado el día 8/7/2016

Los Galli era un grupo de bárbaros conocidos como los celtas o galos. Invadieron Macedonia y luego Asia Menor. Eran galo-griegos, distintos de los galo-europeos. Fueron vencidos por Atalo I de Pérgamo y obligados a vivir en el norte de la región conocida como Galacia. Con la conquista romana esta zona se convirtió en una provincia romana e incluia también la zona sur (ciudades como Listra, Derbe e Iconio). Toda esta región era conocida como Galacia en tiempos de Pablo.

Carácter de los gálatas: eran inestables. Eran celosos por un asunto espiritual en el presente y después de un tiempo ya no daban importancia a ese asunto

Ocasión de la carta. La razón más obvia para escribir esta carta era la presencia de enseñanzas legalistas judaizantes (Hch.15:1).

Fecha: se escribió entre el año 46 y el 55 DC.
Autor: Pablo (Gal.1:1 donde defiende su apostolado, 5:2)

Características de la carta:
1.   Tiene un mensaje duro, severo y solemne. El apóstol podía tolerar muchas diferencias culturales, pero no el legalismo, porque el legalismo desafía los fundamentos del cristianismo.
2.   Es muy emotiva. El apóstol muestra su corazón (emociones profundas y sentimientos muy fuertes).
3.   Es una declaración de emancipación del legalismo. Es el manifiesto de la libertad cristiana. Era la Carta Magna de la iglesia primitiva. Es la defensa más fuerte en la Biblia de la justificación por fe. Romanos es la declaración de la justificación por fe y Gálatas es su defensa (Com.Bib.Mundo Hispano). Pablo nos dice que el pecador debe ser salvo por la fe y también vivir por la fe.

Texto base: Gálatas 1:6-9

  1. No hay otro Dios. Él es el único Señor.


Solo hay un Dios que se acercó a nosotros por Jesucristo mencionado en v.1, 2, 3, 6
         
Gracia de Dios: Caris, v.3. tiene la idea de la bondad o favor inmerecido que Dios tiene hacia el pecador. El hombre no tiene méritos para agradar a Dios fuera de Cristo.
Paz de Dios: es el estado de vida que una persona tiene cuando deposita su fe en Jesucristo. Tanto la gracia como la paz se muestran en la muerte de Cristo: El regalo de Dios a nosotros (sin que lo merezcamos) de perdón y justificación, y el que hizo la paz reconciliándonos con el Padre.
Voluntad de Dios: Él nos libra de la influencia de este mundo corrupto, y nos da los recursos para vivir una vida santa. El objetivo de Dios no es solo la justificación sino también la santificación. Somos salvos no por obras, sino para buenas obras. Las buenas obras son una consecuencia de nuestra salvación y no son la causa. El nos liberó de las cadenas del pecado y nos da la capacidad de hacer el bien. El hacer el bien en Cristo es la voluntad de Dios para el creyente.

2.   No hay otro evangelio. Solo hay un mensaje verdadero.

Evangelio significa “Buenas noticias”. Las buena noticia es que aunque estábamos destinados todos al infierno, ahora hay una posibilidad de salvación, de reconecatarnos con Dios y es a través de Jesús. Él pagó con su muerte lo que costó nuestra salvación, nuestra liberación. No hay nada que podamos hacer para pagar esa salvación. Solo debemos aceptarla tal como es. ¿No es buena noticia? Por más imperfecto que usted y yo seamos, podemos ir al cielo, no le parece eso una buena noticia? El problema con los gálatas era que los judaizantes les habían convencido de que debían incorporar los requisitos de la ley (incluida la circuncisión) como parte del evangelio. Hoy día hay resurgimientos de fascinación por lo judío en algunos ambientes cristianos: Ritos, comidas, costumbres que pretenden hacer la adoración más sagrada… Cuidado! ¿Más sagrado que lo que Jesús nos dio?). Pablo dice: “estoy asombrado…” (verso 6) como diciendo: Qué ridículo es lo que están haciendo!
No hay otro: O es uno o el otro, la salvación no puede ser “por gracia” (si te gusta) y sino que sea “por obras”. Cuando se contamina el evangelio, o la interpretación de la Palabra de Dios en general, la FE es contaminada con otras ideas que no son de Dios.
o   Lo más importante no es el mensajero sino el mensaje. (verso 8) los mensajeros pueden tener una máscara de piedad, pero su mensaje es venenoso.
o   No hay otra nueva revelación para ser salvos.
-  Mahoma antes del año 632 d.d.C. dice haber recibido revelaciones del arcángel Gabriel. (Corán)
-  José Smith dijo haber recibido revelaciones del ángel Moroni en planchas de oro (que solo Smith dice haber visto sin ningún otro testigo) y que entonces él tradujo y publicó en el libro llamado Libro del mormón en donde incluye la idea de que Jesús vino a América a visitar a los indígenas que vivían allí. Ellos creen que Jesús es un espíritu creado por Dios y hermano de todos los seres espirituales pre-mortales.

-  Los testigos de Jehová, aunque dicen creer en la Biblia, niegan que Jesús sea Dios y afirman que fue el arcángel Gabriel. Ellos creen que lo que dicta la Watchtower y el cuerpo gobernante es lo que están obligados a creer sin dudar ni cuestionar.
-  Universalismo (todos son automáticamente salvos).
-  La nueva era: es un sistema de espiritualidad que pretende juntar muchas creencias y religiones. Tiene ingredientes de cristianismo, ocultismo, creencias orientales (incluida la astrología).
-  Evangelio de obras. Se infiltra en muchas iglesias llamadas cristianas que pretenden ganarse la salvación a través de sumar puntos con las buenas acciones que realizan.
o   Anatema: (verso 8) es maldición de Dios. Algo o alguien que está entregado al juicio divino. Lo repite en el verso 9 para dar énfasis. Es algo grave alterar el mensaje de Dios al hombre.

3.   No hay otro que llama. Dios define el propósito de tu vida. 

  La vocación de tu vida debe venir de Dios.

·         Apostolado: Apóstol=enviado (misionero) Pablo fue llamado a ser un luchador para abrir nuevas iglesias. Y luego de haberlas fundado, él seguía cuidando de ellas en la distancia. Seguía preocupándose por ellas. Les escribía, les visitaba cuando podía y se esforzaba de que se mantengan en el camino correcto.
·         Cuando Dios llama al ministerio tu sabes que Dios te puso allí. Y por eso estás dispuesto a sufrir estreches económicas, contradicción de los que no les interesa el reino de Dios, incomprensión de los que no tienen discernimiento. Burla de los que quieren provocar tu desánimo, amenazas y presiones. Pero, tu obligación es seguir la guía de Dios. Dios es el que llama. Nadie más.
·         No puedes basarte en la aprobación de hombres. Que personas te quieran o te aprecien no es necesariamente una señal de que Dios aprueba lo que haces. La oposición de la gente tampoco desaprueba lo que haces. Necesitas una relación con Dios bien fluida (que incluya oración y estudio obediente de la Palabra) para estar seguro que estás obrando bajo la guía de Dios. Pablo insiste en demostrar repetidamente en esta carta de que su ministerio no le fue dado por los hombres, sino por Dios.
·         ¿Eres llamado por Dios? Dios quiere levantar una generación de valientes. Valientes que se atrevan a luchas por los valores del reino de Dios. ¿Eres tú uno de ellos? Te está llamando Dios a transformar esta generación? A transformar tu barrio, tu cultura, tu ciudad? Te sientes llamado? Solo Dios puede llamar, y si Él te llama, Él se encargará de guiarte.

Conclusión:

·         No hay otro Dios. Así que, necesitas reconocerlo, y recibirle en tu vida.
·         No hay otro evangelio (no hay otras buenas noticias) así que, ya tienes lo que necesitas (a Jesús, su cruz y resurrección) para ser justificado y estar en paz con Dios.
·         No hay otro que llama: Dios es el que define tu vocación. Él sabe mejor que nadie el propósito para el que fuiste creado. Él sabe para qué eres bueno. No desperdicies tu tiempo concentrándote en cosas para las que Dios no te llamó.