domingo, 8 de enero de 2017

La soberanía de Jesucristo

Serie de mensajes: "Principios Bautistas"

Texto: 1 Cor.15:1-6 este texto se complementa con Filipenses 2:5-11 que dice que por lo que hizo Cristo, Dios le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre sobre todo nombre… y que toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor…

La Unión Evangélica Bautista de España, lo expresa así: 

  • PRINCIPIOS BAUTISTAS
  • I. LA ABSOLUTA SOBERANÍA DE JESUCRISTO.     Este es el principio supremo en toda la experiencia cristiana. Envuelve a los creyentes totalmente y tiene dominio sobre otro cualquier aspecto de la fe y de la práctica. Jesucristo es el único que ha recibido la autoridad de Dios Padre y ha sido investido de soberanía, tanto en los cielos como en la tierra. Por ello tiene la preeminencia absoluta sobre todo lo creado. No hay otro nombre dado a los hombres. Jesucristo es el Señor.  
Si usted no creyera en Dios y habláramos hipotéticamente de Dios, usted reconocería que si habría un Dios y Él fuera realmente Dios (infinitamente más grande que nosotros), nuestra mente no sería capaz de concebirlo, no podríamos inventar a Dios, porque si lo inventáramos sería un dios parecido a nosotros (como les pasó a los griegos en su concepción de los dioses). O sea que nosotros no podríamos concebir a Dios tal como es, porque si fuéramos capaces de concebirlo con nuestra imaginación o razonamiento filosófico, entonces no sería realmente Dios. El hecho de que sea sobrepase nuestra limitación de entendimiento es compatible con el hecho de que Él es Dios (infinitamente mayor que nosotros). Él único que conoce totalmente como es Dios es Dios mismo. Y si ese Dios quisiera que nosotros le conociéramos, la única manera en que nosotros pudiéramos conocerle es que Él mismo nos explique cómo es Él. Para que le conozcamos, lo más lógico sería que Él mismo se acerque a nosotros, hable nuestro idioma, y nos diga en formas que podamos entender, como es Dios y qué es lo que Él espera de nosotros. Esto es lo que llamamos "revelación" y es exactamente lo que hizo Dios. Vino a estar tierra, se hizo hombre, habitó entre nosotros, nos mostró su gloria, nos mostró el camino a seguir y luego hizo el sacrificio más grande: morir, para pagar por nosotros el precio que nosotros deberíamos haber pagado por nuestra maldad.

1.  Jesucristo, Su muerte en la cruz.

- La paga del pecado es muerte Rom 6.23. Adán y Eva cuando desobedecieron hicieron que entrara la muerte a la humanidad. Muerte no solo con las implicancias físicas sino como separación de Dios.

- Dios proveyó el sacrificio de un cordero como una manera de cubrir el pecado, la persona confesaba su pecado, el animal moría, el pecador era perdonado.



- Dios proveyó un substituto para la muerte de Isaac. Así también proveyó un substituto para nuestro castigo. El Cordero de Dios: Jesucristo.

- Jesús es el Cordero de Dios. Dios finalmente entregó a su propio hijo para que entregara su vida. Ahora no hace falta más sacrificio de corderos. Él es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Cada persona que reconoce a Jesús, recibe el beneficio de la salvación y el perdón que ganó Cristo en la cruz.

- Pablo le daba prioridad a esta obra de Cristo. 1.Cor.2:2
La obra en la cruz nos ofrece la salvación, un modelo de auto-negación  (muerte al yo, al egoísmo) y nos recuerda la invitación de Cristo a tomar nuestra cruz y seguirle…


2. Jesucristo, Su Resurrección. 1 Cor.15:3-6

-      Jesús resucitó al tercer día como había predicho.
-      El venció a la muerte, la tumba no pudo retenerlo.

-      La resurrección es la base de nuestra fe. 1Cor.15:14-20 
    Nuestra FE está basada en un hecho histórico comprobado y testificado por múltiples testigos oculares y corroborado por evidencias históricas documentales de testigos presenciales. No hay otro hecho histórico que tenga mejores evidencias que la resurrección de Cristo. En el momento que Pablo escribía esto muchos vivían aún y podían haber desmentido lo de la resurrección. Muchos creyentes, y los apóstoles dieron su vida por proclamar la resurrección de Cristo.

¿Moriría usted por una mentira? Si ellos estaban dispuestos a morir por compartir esta verdad de la que habían sido testigos es porque era verdad y porque era una verdad muy importante y digna de ser  transmitida.

-      El mismo poder habita en nosotros 2.Cor.4:14

-      Por la muerte de JESÚS, la muerte perdió su poder destructivo 1 Cor. 15:55-57

3. Jesucristo, nuestro Redentor y Señor.

Filipenses 2:5-11

En un terreno que había experimentado un incendio se encontró una gallina carbonizada. Cuando la levantaron vieron que debajo estaban todos sus polluelos vivos. Ella dio su vida para salvar a sus polluelos. Eso es lo que hizo Cristo con nosotros.

- Jesucristo nos salvó del pecado y de la muerte. Se sacrificó por nosotros. 
- Jesús nos vino a traer vida (Jn.3:16)

- Su muerte nos redime, nos justifica, y nos santifica. Todo esto lo recibimos como un regalo de gracia por FE Rom 5:1-2

  - Por poner nuestra fe y confianza en Él, Jesús, llegamos a ser hijos de Dios.

- El es nuestro Señor. El “potro” (caballo salvaje) uno puede comprarlo y se su dueño, pero uno no es el Señor de ese caballo hasta que sea amansado "domado" y que acepte el gobierno de su dueño. 

Cuando dejamos que Jesús sea el que reina en nosotros, que él sea el que gobierna, el que manda, entonces podemos decir que es nuestro Señor, nuestro soberano. Jesucristo fue exaltado hasta lo sumo, él es la máxima autoridad. Él se merece nuestro más alto honor. Él se merece que le dejemos dictar lo que está bien o lo que está mal. Él es el Señor.


- Jesucristo es la máxima autoridad (Fil.2:9). En Mt.28:18 Jesús nos dice: “toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra…” 

 - Nuestra motivación más alta, la causa más grande de nuestra vida, la razón de vivir debe ser Jesucristo.

Él es el camino, la verdad y la vida… No hay vida sin Jesús. Todo otro intento de vida sin Jesús siempre quedará truncado, insuficiente, incompleto, incapaz de encontrar plenitud y vida en abundancia.

Tú puedes intentar de vivir sin Jesús, pero tendrás que afrontar las consecuencias de esa decisión. El verdadero hombre, la verdadera mujer es la que está sujeto/a a Cristo. Solo Cristo puede brindarte la posibilidad de cumplir con todo el propósito que Dios tiene para ti. Solo en él puedes encontrar vida plena. Cuando llegues al final de tu vida, podrás decir: he vivido la mejor vida posible, he vivido la vida que Cristo puso delante de mis para vivir, he vivido de acuerdo a Su voluntad.

Cristo hizo el sacrificio de amor más grande por ti y por mi. Te conoce más que nadie y te ama más que nadie en el mundo.
-        Él demostró su poder y autoridad al resucitar de los muertos y lo hizo dejando grandes y claras evidencias para la historia de la humanidad.
-        Él merece que le permitas ser el Señor de tu vida. 

    Toma la decisión hoy mismo, de dejarle ser el Señor de tu vida.

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